Los empleados de hoy
están hartos de estrictas políticas de oficina. Ellos quieren enfrentarse a
nuevos retos, esperan que sus líderes alienten el ensayo-error y les hagan
sentirse importantes para la empresa.
El
líder tradicional sigue empleando antigüos métodos para hacer las cosas, lo
cual hace que sea difícil entablar una fuerza laboral más diversa y
multigeneracional. Pero el lugar de trabajo de hoy en día requiere que haya una
mayor confianza entre los trabajadores, transparencia en la comunicación y
colaboración entre departamentos para impulsar resultados deseados.
Por
ello, para llegar a ser un líder eficaz en el espacio de trabajo del siglo XXI,
hay cinco reglas básicas que debe seguir con el propósito de generar mejores
resultados para la organización:
Permita que los colaboradores
fallen, aliéntelos a que pongan a prueba sus ideas
Anime
a su gente a ser emprendedora y no dude en poner a prueba sus ideas e ideales.
Propicie que sus empleados descubran por sí mismos la manera en que mejor
encajan en el equipo y en toda la organización. Recuerde que usted no es
indispensable. El liderazgo implica capacidad de delegar, por tanto, confié en
los demás y permita que establezcan su propio equilibrio, sin depender de
usted. Dé a sus empleados un espacio para explorar y dar rienda suelta a su
pasión. Los grandes líderes son los que permiten a sus empleados a descubrir su
pasión.
Construya equipos duraderos
Los
grandes equipos requieren un gran liderazgo. Aquellos días en que en los
lugares de trabajo tenían a dos o tres empleados estrellas se han acabado.
Ahora es indispensable fomentar la colaboración continua entre los miembros del
equipo, esta en manos de ellos analizar y evaluar los proyectos de la
organización. Cada miembro tiene la responsabilidad de contribuir en alguna
parte del proceso. Los líderes deben desempeñar ahora el papel de
facilitadores, tienen que influir pero no controlar el diálogo. En pleno siglo
XXI, su responsabilidad es encontrar los puntos de interconexión que hay entre
cada grupo para guiar y dirigir el enfoque.
Sea un gran comunicador
Nunca
deje de comunicar su visión, metas y objetivos. Utilice todos los métodos
disponibles para definir las expectativas y marcar la pauta de su departamento
u organización. No corra el riesgo de perder la confianza de los demás. No hay
secreto que valga. En el lugar de trabajo de hoy en día, los empleados
necesitan conocer lo que está pasando con la compañía para determinar cómo
pueden contribuir a mantener o mejorar ciertos aspectos. Los empleados quieren
ser parte de la solución, no les ponga barreras.
No se esconda detrás de una
posición, sea usted mismo
La
efectividad del liderazgo es algo más que la influencia que supone un puesto de
trabajo. La gente es más curiosa que antes y quiere saber cómo es su jefe como
persona. En ese sentido, es clave reconocer que el impacto real del liderazgo
radica en la manera en que la persona detrás de esa posición puede revelarse
ante los demás. Así, refleje sus verdaderas intenciones como líder y no se
esconda detrás de un título, ya que limita su capacidad para construir
relaciones con los empleados. Sea humilde para ser accesible.
Mantenga a la gente alerta
Nunca
permita que sus empleados sean autocomplacientes. Ayúdelos a mejorar sus
habilidades y conocimientos. Haga que el lugar de trabajo sea un ambiente en
que los colaboradores este continuamente aprendiendo, creciendo y pensando en
grande. No se limite a ser un proveedor, sino más bien dedíquese a ser un
facilitador de oportunidades.
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